Un paisaje modelado por el agua y las montañas
El arroyo Lys, que atraviesa el valle antes de unirse al Pique, desempeña un papel fundamental en la configuración del paisaje. El agua ha esculpido las rocas y tallado gargantas donde anidan varias cascadas. Entre ellas, la Cascada d’Enfer es una de las más impresionantes. Su potente caudal, reforzado por el deshielo en primavera, crea un espectáculo sobrecogedor. Otras cascadas salpican el valle, proporcionando un agradable frescor en verano.
A medida que se asciende, el paisaje cambia. Los bosques de hayas y abetos dan paso a prados alpinos y pedregales, hogar de numerosas especies vegetales adaptadas a condiciones extremas. Los picos que enmarcan el valle, como los del circo des Crabioules, marcan la transición hacia los paisajes más minerales de la alta montaña.