Una ruta señalizada,
salpicada de tesoros religiosos
Los Pirineos del Alto Garona son una verdadera tierra de espiritualidad. Además de Saint-Bertrand-de-Comminges y Valcabrère, descubrí multitud de pequeñas iglesias, capillas en lo alto de las colinas y monasterios escondidos en los valles a lo largo del camino. Cada edificio, modesto o grandioso, es un testimonio de fe y de historia. Entre las visitas obligadas figura la capilla de Saint-Julien, situada en un promontorio con vistas panorámicas sobre el valle. Sus delicados frescos y su ambiente íntimo la convierten en un lugar ideal para una pausa espiritual.