Un descubrimiento romántico de los Pirineos

Tesoros ocultos
de un valle a otro

No se pierda un viaje por los valles de los Pirineos del Alto Garona en su escapada para dos. Le seducirá un patrimonio histórico fascinante. Comenzamos nuestro viaje en el valle del Garona, río central que serpentea a través de magníficos paisajes. Esta región es un auténtico joyero de naturaleza virgen, con lagos centelleantes, bosques densos y majestuosas cumbres que coquetean con los 3.000 metros.
Después alquilamos bicicletas de montaña para poder aprovechar los senderos secretos y recibir una buena dosis de adrenalina. ¿Y adivina qué? A mi marido le costó seguir el ritmo. Aquí no faltan las actividades al aire libre. Ya sea senderismo, bicicleta de montaña o pesca, cada viaje es una nueva oportunidad para estar en comunión con la naturaleza. Tanto en invierno como en verano, seguro que no te aburrirás y crearás recuerdos maravillosos en pareja.

Auténtico y
auténtica y acogedora

El encantode los Pirineos reside también en sus pueblos auténticos, enclavados entre las estribaciones y el valle de Saint-Béat-Lez. De Saint-Bertrand-de-Comminges a Valcabrère, cada pueblo cuenta su propia historia a través de sus pintorescas calles y monumentos. A nosotros nos conquistó el cálido ambiente de Frontignes, donde la acogida de los lugareños es tan reconfortante como un fuego crepitante en una noche estrellada.

Continuando nuestro viaje, descubrimos el País de los Osos, una tierra donde el hombre y la naturaleza viven en armonía. Más adelante, hacia la Val d’Aran, Luchon, apodada la Reina de los Pirineos, nos ofreció un espectáculo grandioso con el valle del Lys y la cascada de Enfer. Cada pueblo que atravesábamos era una promesa de autenticidad y sencillez, un bienvenido regreso a nuestras raíces.