Los restaurantes de Le Mourtis hacen las delicias de los gourmets y los amantes de las escapadas gastronómicas a pie de pista. Aquí, la autenticidad y los sabores locales son la consigna.
En Le Mourtis, la cocina es una cuestión de pasión y tradición. Los chefs de los restaurantes locales tienen el honor de trabajar con productos frescos y de temporada, para ofrecerle platos caseros con sabores auténticos.
De la garbure al pastel asado, cada plato es una invitación a descubrir las riquezas gastronómicas de la región, preparadas con mimo y cariño.
Los establecimientos Mourtis le ofrecen una cálida bienvenida en un entorno de montaña. Vigas vistas, paredes con paneles de madera, chimeneas crepitantes, vistas ininterrumpidas de las cumbres nevadas… Todo está ahí. Este ambiente acogedor es ideal para compartir una comida en familia o entre amigos, alrededor de una mesa generosa y una buena botella de vino del Suroeste.
Le Mourtis goza de una ubicación privilegiada al pie de las pistas de esquí. Esta proximidad a la naturaleza se refleja en la comida, con una cocina local que pone de relieve los productos de la tierra. Los restauradores trabajan mano a mano con los productores locales para ofrecer especialidades reconfortantes que celebran los sabores de los Pirineos. Quesos curados, embutidos artesanales, miel de montaña y otros tesoros locales se encuentran en cada bocado.
Después de un día en las pistas, no hay nada como una comida reconfortante para reponer fuerzas. Fondues saboyanas, raclettes gourmet… Los más pequeños no se quedan al margen, con menús especialmente adaptados para deleitar su paladar.
Y para los más golosos, no puede irse de Le Mourtis sin probar las famosas crêpes que han dado fama al restaurante. Con azúcar, chocolate o fruta fresca, estas delicias dulces se preparan ante sus ojos y se sirven bien calientes.
